Nos hallamos aquí
ante la obra más conocida del pintor. Todos éstos cuadros se hallan firmados
con el seudónimo de Giovanni Bragolin. Se desconoce totalmente el momento en
que Bruno Amadio comienza a pintar ésta serie de cuadros. La teoría más
generalizada de los que han intentado a duras penas estudiar más seriamente al
artista, explica que son ideados por el propio pintor recordando el sufrimiento
de los niños de la guerra mundial. Muchos de éstos cuadros podrían responder
efectivamente a una estética que encaja con ésta teoría: ropas estropeadas,
ambiente gris, paredes ruinosas, angustia, sensación de suciedad y oscuridad,
incomprensión y tristeza. Sin embargo, dentro de los cuadros de "niños
llorones" hay unos pocos que muestran cierta estética más moderna; me
refiero a algunos en que los niños aparecen con ropa colorida, vestidos de
payaso y cierto peinado de una de las niñas pintadas, rubia por más señas.
Éstos últimos cuadros, que son una minoría en comparación con los otros;
parecen encajar más bien en la estética de los años 60 que popularizó cuadros
de payasos sonrientes o tristes, niños y angelitos, que se hicieron muy
populares en aquella década. Según el holandés Dirk Van Weelken, -uno de los
que han estudiado mejor a Amadio-, una historiadora de arte llamada Marta
Holker contaba que un estudiante de arte quiso en 1979 encontrar al autor
original de los cuadros de niños llorones y encontró a Bruno Amadio pintando en
Padua. Una de las cosas que le explicaría el pintor al estudiante sería que
"Un marchante de arte le sugirió la idea de cuadros de bebés
llorando". De acuerdo a ésta hipótesis podríamos preguntarnos si realmente
Amadio lo que hizo tras la guerra fue pintar uno o algunos cuadros recordando
la contienda y posteriormente algún marchante los vio y le sugirió que siguiese
haciendo más durante las décadas siguientes, dada la aceptación que tendrían;
ésto podría explicar la estética "bélica" y más antigua de algunos
cuadros y por el contrario, la estética colorista y más moderna de otros.
Si nos fijamos bien, varios de los cuadros muestran a los niños delante de una misma puerta de madera, en la que se ve un travesaño o tabla diagonal. Ésto bien puede indicar que los modelos pintados con ésa puerta detrás fueron retratados en un mismo lugar o estudio. También los niños que aparecen delante de paredes y ventanas parecen demostrar un lugar común de relización de los retratos.
Si nos fijamos bien, varios de los cuadros muestran a los niños delante de una misma puerta de madera, en la que se ve un travesaño o tabla diagonal. Ésto bien puede indicar que los modelos pintados con ésa puerta detrás fueron retratados en un mismo lugar o estudio. También los niños que aparecen delante de paredes y ventanas parecen demostrar un lugar común de relización de los retratos.
La gran carga emotiva de éstos cuadros los hizo muy populares y se lanzaron al público en forma de tablas y láminas que se vendieron por centenares de miles en todo el mundo, haciéndose muy populares en Inglaterra, Sudamérica y hasta Turquía. Se solían colocar éstas reproducciones, bien adornando espacios comunes de las casas, o bien para adornar las habitaciones de niños. Son muy frecuentes los comentarios de personas que tienen o han tenido uno de éstos cuadros en su casa, que siendo niños les han causado diferentes sensaciones emocionales. Mientras que unos niños sentían cierta melancolía al verlos, hay otros que aseguran que ésos niños que reflejan los cuadros les causaban sensación de bienestar y que eran los que "compartían sus secretos y penas con ellos". Porque ciertamente los rostros de los niños de Bragolin/Amadio tienen un impacto emotivo grande.
¿Era Bruno Amadio un pintor "mediocre" o "Kistch"? No. Sus gestos, sus rostros, su técnica y efectos demuestran una buena destreza a la hora de plasmar el gesto y la sensación deseada en el cuadro, y un punto de realismo de gran belleza, aunque algunos de ellos puedan englobarse históricamente en una determinada época estética decorativa en los hogares más sencillos. En los rostros de los niños encontramos ciertamente unas lágrimas exageradamente grandes, quizá un toque personal del pintor para dar una idea más contundente de la sensación emotiva que pretendía expresar. Respecto a la expresión de los niños, nos encontramos con muy diferentes gestos; unos muy tensos y otros mucho más relajados, dentro de la general sensación de melancolía de todos ellos. Se exponen aquí varias imágenes de cuadros de niños llorones. Ninguna tiene título.
¿Cuantos cuadros de "niños llorones" pintó Bruno Amadio? Algunas informaciones dicen que un total de 27, pero por la red circula un número mayor de fotos de cuadros de éste tipo. En unas claramente se ve que no son obra de él, incluso se ve la firma de otro artista, pero en otras surge la duda. Para atenernos lo máximo posible a lo veraz, en el inicio de éste artículo hemos puesto solamente los que muestran la firma del pintor. A éstos hay que añadir el original que aparece en un próximo artículo.
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