miércoles, 18 de abril de 2012

El Fantasma de Veronica


Nunca debes ponerte frente al espejo y repetir nueve veces seguidas el nombre de Verónica. Sé que quizás hayas oído esta historia...Quizás pienses que es mentira y no me creas...está bien, no pasa nada, pero por favor NO TE BURLES DE ELLA ya que puede caer sobre ti una maldición terrible.

Veronica era una chica de 14 años que haciendo espiritismo en una casa abandonada no siguió las reglas de los fantasmas, se burló durante toda la invocación y una silla que había en la habitación cobró vida y la golpeó mortalmente en la cabeza. Pero la venganza de los espíritus no acabó aquí: Verónica aun no descansa en paz. Su espíritu está condenado eternamente y ahora es ella la que quiere vengarse de todo aquel que no sabe respetar el Mas Allá.

María era una chica que conoció la leyenda en su universidad. Ella era mayorcita para creer en esas estupideces, pensaba ella y se reía. Sus amigos la picaron, ya que si no tan valiente que era no tendría problemas en hacerlo. Fue a un baño, acompañada de una compañera y lo hizo. No pasó nada y el grupo, entre risas, lo olvidó enseguida.

Pero María no pudo olvidarlo. Al hacerlo sintió un escalofrío indesscriptible...y su pesadilla comenzó esa misma noche. Tumbada en la cama, despertó por un sonido raro. Era un susurro indescifrable que oía cerca de la nuca. Además sentía como si alguien respirara en su cuello. Asustada, se levantó y encendió la luz. Nada había a su lado. Pero no pudo dormir en toda la noche.

Al día siguiente, no se atrevió a contárselo a nadie de la universidad aunque aún seguía aterrorizada por lo que le había sucedido la noche anterior. En mitad de la clase tuvo que salir al servicio. Cuando entró al baño, hacía mucho frío y una capa de vaho cubría el espejo. María lo limpió con la mano y vió horrorizada que tras ella había una chica con una expresión de odio y sangre en la cabeza. Cuando se volvió a mirar, ya no había nadie. Rió nerviosamente, pensando que todo era fruto de su imaginación, los nervios y el cansancio. Sin embargo, al volverse hacia el espejo vió algo que la dejo blanca. En el vaho había frase escrita: "No debiste invitarme a volver".

María no pudo soportarlo. Encerrada en un manicomio, sólo decía que el fantasma de Verónica la seguía atormentando. No pudo soportarlo y acabó suicidándose.

Yo lo pensaría dos veces antes de meterme con el Más Allá.

Fenomenos Extraños


Como yo lo recuerdo, hace ya unos cuantos años. Cuando todavia estaba viviendo con mis padres, es decir en su casa.

Una de tantas noches en las que me quedaba solo, comenzaron una gran variedad de fenomenos extraños.
El primero y no menos importante sucedio cerca de la media noche. Yo me encontraba en el salon de la casa viendo la television. Como no es raro estaban emitiendo uno de esos programas sonnifero tipicos de la epoca. De forma inocente e inconsciente se me ocurrio decir en voz alta lo siguiente:
¡que rollo, voy a cambiar a canal sur a ver que hay!.

Y antes de que hubiera cogido el mando a distancia la television se cambio no se como a esa misma cadena que yo habia nombrado.

Como es logico los pelos se me pusieron como escarpias, y me levante. tuve la sensacion de que alguien me observaba gire la cabeza y vi como se encendia la luz del pasillo. Con cierta valentia fui a apagar la luz y antes de llegar a hacerlo vi como se caian dos libros desde la estanteria que dificilmente podian moverse ya que estaban sujetos por otros libros que estaban a los lados.

Despues de esto cogi las llaves y sali por patas a casa de mis tios.
No tenia intencion de dormir esa noche en casa.


La Carretera Fantasma


Conocía muchas historias de fantasmas en la carretera. Pero la historia que leí en un periódico me impactó. Hablaba de una carretera fantasma.
Se cuenta que hay una carretera comarcal en Paiporta, cerca de Valencia, dónde ocurren unos sucesos un tanto extraños. Y lo más impactante es que en los últimos meses mas de 10 personas han muerto allí. Y no se sabe la razón exacta. Nadie se había percatado de esta circunstancia ni se le había dado importancia hasta que se ha producido el testimonio del señor Martín. este hombre narra un suceso impactante que ha causado impacto y que ha hecho que se investiguen los hechos.
El Sr. Ruiz vive en un chalet situado en la carretera mencionada. De este hecho deducimos que la conoce a la perfección. Una noche conducía a casa de regreso del trabajo. Iba con mucha precaución ya que en el ambiente reinaba una niebla muy espesa muy poco propia de aquella zona. Nunca había visto una niebla tan densa nunca. Y, de repente, tuvo que dar un frenazo brusco. Se encontró ante un cruce en la carretera, pero un cruce...un camino que no había visto nunca. Él llevaba 10 años viviendo allí, pasando dos o tres veces al día por allí…y nuca había visto ese camino.
Reanudó el trayecto con una sensación de extrañeza enorme, dudaba si realmente había visto un cruce o era sólo su imaginación. Podía haber sido un efecto de la luna en la niebla…pero es que estaba seguro que allí había un camino.
Al día siguiente regresó por el mismo camino, dirección al trabajo, y al pasar por el mismo punto un escalofrío recorrió su cuerpo: no había ningún camino allí. En aquel lugar sólo había un terraplén de 4 metros de altura. En ese momento se dió cuenta que si hubiera cogido el camino habría caído por él y se habría despeñado. Gracias a que conocía el trayecto no lo cogió.
El suceso le había dejado muy confundido y lo comentó a unos amigos suyos al llegar al trabajo. Todos rieron, salvo uno que palideció al instante: Había oído hablar de esa carretera, de la historia de un camino que aparecía súbitamente en una noche de niebla densa, pero nunca la creyó. Ahora todo parecía aclararse. Todo era cierto.
Ellos han estado investigando…en esa carretera han muerto más de 10 personas despeñadas…pero lo peor es que no es el único caso en todo el país. Existen muchos accidentes en noches de niebla extrañamente densa… ¿será casualidad o será que existen más carreteras fantasmas?

La Figura Negra


¡Me encanta el verano! Siempre voy al pueblo de mi padre y me junto con otros chavales que tampoco viven allí pero que vuelven todos los años. Pasamos los días en la piscina y las noches bebiendo y riendo. Solemos estar bebiendo y fumando todos los amigos en un claro que hay en un pinar cerca del pueblo. Mi padre me dice que no entremos allí..que no es un sitio adecuado para estar de noche...pero chulísimo, se está muy agusto, y además nunca hay nadie. No entendía porque me daba esa advertencia hasta que una noche sucedió algo que nunca podré olvidar.

Estábamos allí de risas y hablando de nuestras cosas hasta que en un momento de la noche una amiga, Silvia, empezó a ponerse blanca. Gritaba temblando que en la oscuridad, entre los pinos, había alguién o algo...estaba quieto mirándola muy fijamente...Todos comenzamos a reir bromeando y le dijimos que dejara de beber. Ella no salía de su temor...ya no veía la figura pero estaba segura que no se la había imaginado.  Varios nos ofrecimos a ir hasta el sitio para que se convenciera de que no había nada ni nadie.

Tras la comprobación a Silvia se le pasó el susto. Todos seguimos riendo y charlando cuando esta vez fui yo el que se sentía observado por alguién. Esa hombre...pálido mirándome fijamente...¡¡ERA VERDAD!!. Me entró tal desesperación que comencé a gritar. Silvia lo volvió a ver y también gritaba. Nadie entendía nada pero nos pedían que parasemos...la broma se estaba haciendo pesada. Nosotros insistíamos: "no es una broma. ¿Acáso no le veís?" Nadie le veía...había vuelto a desvanecerse.

Algunos fueron a mirar otra vez...¡nada! Seguimos allí pero yo ya no estaba nada agusto...de repente Raúl gritó un fuerte "Dios, ¿Qué es eso?" de una forma agónica, se levantó y empezó a correr hacía el pueblo...todos le imitamos. No tuve tiempo de girarme y mirar, pero sé lo que vio. Esa figura de mirada pálida penetrándote...

Nunca más volvimos allí...nadie de nosotros se ha atrevido nunca a comentarlo...pero estoy seguro que no somos los únicos que lo hemos visto. Ya sé porque mi padre me decía que no entráramos allí...y porque nunca me decía la razón. Él, al igual que yo, no quiere nombrarlo nunca más.

La Mano Invisible

Alguna vez, en la familia de Lorena ya había ocurrido que a sus hermanas les habían acariciado el pelo, la espalda o incluso empujado... La noche en que le ocurrió a Lorena este breve episodio dormía sola. Compartía habitación con su hermana pequeña, pero ella no estaba.
    Se abrazó a la almohada, dejándose llevar por el sueño estirada y con el rostro hacia el techo. La almohada estaba agarrada por su brazo izquierdo, y allí permaneció todo el tiempo.
    Cuando ya estaba empezando a dormirse ocurrió:
Un golpe seco debajo de su ombligo y encima de su pubis la despertó de golpe. Casi se levantó pero no lo hizo, tan solo permaneció quieta mirando a su alrededor y analizándolo todo: la almohada no había sido, seguía abrazada a su izquierda... estaba sola, nadie había tenido tiempo de entrar, pegarle y luego salir...
    Pensó y recordó otro episodio, cuando un fin de semana se había marchado con unos amigos a celebrar un weekend en una casa de Icona en mitad de una montaña de Ayora. Todos iban a ponerse hasta arriba de tripis, pero ella no lo hizo. Tenía el suyo, pero no lo tomó, simplemente lo guardó.
    La casa tenía apenas dos habitaciones: donde se dormía –un amplio cuarto donde había tirado en el suelo un colchón de matrimonio y una litera de madera-, y el salón, donde se pensaban correr la juerga.
   Menos una pareja que se marchó a la habitación, el resto permaneció en el salón tomando tripis, fumando porros y bebiendo alcohol. La fiesta no acabaría hasta el día siguiente. Lorena, por algún extraño motivo, no hizo nada de eso, y decidió irse a dormir.
    No era cómodo tumbarse allí con aquella pareja que -si bien no estaban haciendo nada-sí buscarían algo de intimidad, pero por algún motivo que ni ella sabía, Lorena decidió tumbarse en una esquina de la litera, con el cuerpo pegado a la madera, los brazos flexionados en dirección hacia su cabeza, sin apenas un sólo hueco por el que alguien pudiera hacer lo que hizo: tocarle el pecho.
    No recordaba si era el izquierdo o el derecho cuando me lo contó, pero sí recordaba la sensación de pánico que sintió. Algo había tocado su pecho como si lo amasara, y no había espacio entre sus brazos para conseguir tal hazaña.
    También en aquella ocasión, tras sentir un escalofrío en la espalda y  notar cómo abría desmesuradamente los ojos por el miedo, analizó la situación. Lapareja seguía tumbada en su rincón, y no había nadie más.
    Su determinación fue más que sorprendente. Se dijo: si tengo que sufrir alucinaciones, al menos que sea con un tripi en el cuerpo. Curiosamente, el resto de la noche no le ocurrió nada más. Se comió su tripi, bebió alcohol y se rió con el resto de su grupo.

Historia de los Ovnis


En el próximo siglo, que es el IX, dichos textos de historias de ovnis le pertenecen a cierto Agobardo, nacido en España en el 779 y llego a Francia cuando tenía tan solo 3 año, se crío en este país y a los 37 años se convierte en arzobispo de Lyon.
Explicaba en ellos monseñor que habían objetos que a veces atravesaban los cielos y que no obstante descendían a la tierra.
Cuentan que desde el 810 como observo Eginhardo, secretario y biógrafo de Carlomagno, en el capitulo 33 de su obra Vita Korali, contaba que pasaba por la ciudad de Aquisgrán y de repente vio un globo flamante, de gran tamaño que bajo del cielo y tomo dirección rumbo al occidente.
El caballo del rey se asusto muchísimo y levantando sus patas delanteras lo tiro al suelo.
Antes de alcanzar la humanidad en el que se anunciaba nefasto año 1000, iba a tener una nueva y asombrosa aparición, que mas tarde sería llevada a un texto irlandés. Era sorprendente y muy difícil de aceptarla, e incluso hasta en nuestros tiempos que tantas cosas extrañas van pasando.
Se dice que el primer testimonio más importantes era de los albores de la edad media, fue el que contó el fraile Gregorio de Tours en sus historias de ovnis francorum, publicada en el 585 de nuestra era.
Este religioso, autor de una historia de la iglesia gentis anglorum que lo iba a transformar en el padre de los historiadores ingleses, diría que una noche vio algo increíble. Estaba en un panteón cerca del convento de Barkon, a orilla del río Támesis, de pronto una luz muy fuerte bajo del cielo, rodeo a varias monjas que se encontraban orando y dio un par de vueltas hasta que se alejo y se perdió.
Unos años más tarde de morir San Beda, aparecieron en el 776 los Annales Laurissenses, donde aquella vez se hablo de una especie de escudos voladores que atacaron a la caballería de Carlomagno. Antes de culminar el s. VIII, las crónicas anglosajonas se referían en el 793 a las luces, iguales a dragones rojos, que vieron unos campesinos en la Northunbria. Y en el 796, en las flores historianum originales del monje Benedictino Roger de Wendover, se puede decir que volaron sobre Inglaterra unos globos luminosos que pudieron ver unos ciudadanos asombrados.